El yoga restaurativo, se ha desarrollado recientemente en estos 40 años, y continua en auge y siendo explorado. Podríamos decir que el yoga restaurativo nace del yoga Iyengar, ya que los soportes y los accesorios varios están presentes en la práctica que BKS Iyengar quien lo creó con un objetivo terapéutico.
Es de gran interés, sobre todo porque está dirigido a un público amplio. Sea cual sea nuestra edad o nuestro nivel de práctica, es muy accesible y tiene beneficios inmediatos y a largo plazo. El yoga restaurativo no solo puede ser practicado por todos, si no que es también recomendado para personas con ciertas limitaciones físicas o patologías crónicas.
Los accesorios están destinados a permitir que el practicante logre una alineación ideal incluso si el cuerpo aún no está lo suficientemente abierto para ello, esta apertura ocurre de forma progresiva durante la estancia dentro de la postura.
Hay personas que se sienten atraídas por las formas de yoga más dinámicas, su huella es la energía del Yang, y hay personas que buscan prácticas más suaves, contemplativas donde su huella es la energía del Yin, aquí se encuentra el yoga restaurativo. Pero no debemos confundirnos entre Yin Yoga y Yoga Restaurativo. La gran diferencia entre estas dos prácticas es que en el yin yoga el cuerpo trabaja el equilibrio entre tensión/compresión en la postura, donde lo tejidos conectivos están solicitados en sus amplitudes mientras que en el yoga restaurativo los soportes y accesorios están ahí para permitir el cuerpo encuentre un espacio “cómodo” y por lo tanto sin tensión/compresión voluntaria sino de forma pasiva en el cual el trabajo llega a través de los accesorios y de la gravedad.
Es imperativo que antes de realizar cualquier práctica de Yoga consulta con tu médico.
Práctica: Yoga Restaurativo & Pranayama. Equilibrio y Bienestar.
Aporta: A nivel óseo y de los tejidos musculares, apertura y flexibilidad y a nivel orgánico, equilibrio y bienestar. Permanece de 3-5 minutos en cada Postura.